lunes, 6 de febrero de 2012

buenos días, amor.

Como un hada que bate sus alas rápidas, implacables, alardeadas. El corazón bate a mil por hora, mis palabras se clavan como espadas. Mi lengua se pierde en tus entrañas; primero en tus labiostus manos en mis nalgas. Cuellos con pelos de punta, necesito mirarte a la cara, susurrarte mil baladas llenas de balas. La noche pasa, pasa, y pasa... y sólo queda el sol por la mañana. Abrir mis ojos y ver tu cara, notar poco a poco las arrugas de las sábanas. Sentir tu puta alma clavada en mi alma. Eso debe ser de Dios o del karma. Tú, tú debes ser de Él o del karma. Me lo tomaré con calma; viviremos el momento, sin pensar en nada. Vamos a subir la persiana... después de echar un polvo, te llevaré el desayuno a la cama.
Buenos días, amorBuenas mañanas.

1 comentario: